El Chelsea contrató para aquella campaña soñada a Gary Cahill, a Raúl Meireles y a Juan Manuel Mata. El Chelsea comenzó la temporada 2011-2012 con el entrenador André Villas-Boas, pero por malos resultados en la Premier y en la Champions (contra el Napoli 3-1), fue que el dueño del Chelsea decidió despedirlo y entonces fue que Roberto Di Matteo tomó a cargo al Chelsea (Di Matteo trabajaba con Villas-Boas como segundo entrenador).
Di Matteo le dio una gran ilusión al Chelsea por ganarle al Napoli 4-1 en Stamford Bridge. El Chelsea había perdido 3-1 en el estadio del Nápoli (estadio San Paolo) y por tal motivo ganarle por goleada en los octavos fue algo que hizo soñar al Chelsea y hacer que la hinchada crea en el equipo. Di Matteo sabía que ganar la Premier League era algo muy complicado y es por eso que se concentró en la FA cup y en la Champions League.
Contra el Benfica, Di Matteo realizó un planteamiento un poco diferente que contra el Napoli. Puso a Paulo Ferreira, ya que este portugués había jugado en el Porto y por tal motivo conocía muy bien qué era jugar contra el Benfica. También puso en la alineación a Meireles (otro ex jugador del Porto). David Luiz también fue muy importante porque él venía del Benfica; por lo que, conocía a casi todo el plantel del equipo portugués. Le resultó muy bien a Di Matteo lo que hizo y pudieron avanzar de ronda.
En la semifinal de la Champions les tocó contra el Barcelona (un rival muy concurrente en la Champions para el Chelsea). El niño Torres le sugirió a Di Matteo jugar de contraataque, ya que era evidente que el Barcelona te iba a dominar en lo que respecta la posesión del balón. Así es que en el partido de ida, el Chelsea ganó por la mínima diferencia sin que le encajen goles. El gol fue de la leyenda Drogba. En el partido de vuelta que fue en España, el Chelsea logró un agónico empate que lo clasificó a la gran final.
Para la gran final de la Champions había un condimento y era que el Bayern Múnich jugaba la final en su estadio. El partido fue dominado por los bávaros, pero el Chelsea se defendía muy bien, además de tener a un gran arquero como Cech. Müller anotó el primer gol y a los pocos minutos Drogba empató el encuentro. Cech le atajó un penal a Robben en el tiempo extra. Y en la tanda de penales el arquero del Chelsea adivinó todos los lanzamientos del Bayern Múnich. Si Drogba marcaba el penal, el Chelsea se proclamaba campeón de Europa por primera vez en su historia. Y así fue. Chelsea fue el gran y justo campeón de la Champions.
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